Irapuato, Gto.- En el municipio de Irapuato, personas con discapacidad visual estaban a punto de pisar un escenario por primera vez. Algunos apretaban las manos; otros respiraban hondo. Lo que estaba por suceder no era solo una obra de teatro, sino el resultado de meses de trabajo, escucha y confianza.

Así nació “Ya veremos si llegamos”, la puesta en escena escrita y dirigida por Alejandra Navarro, maestra de CIVI (Centro de Rehabilitación y/o Habilitación para Personas con Discapacidad Visual y/o con Retos Múltiples). La obra fue creada e interpretada por los propios participantes, quienes decidieron la historia que querían contar.

Un grupo de personas con discapacidad visual presentó en Irapuato una obra de teatro construida a partir de sus vivencias, con un enfoque crítico y humorístico.

“No querían algo súper convencional. Ellos querían hablar de su condición desde el humor, así que comenzamos preguntándoles de qué querían hablar y cómo se sentían”, relata Navarro.

De esas conversaciones surgieron las escenas, los personajes y, sobre todo, un tono marcado por el humor, la ironía y la diversión.

“Prefieren tomarlo con humor, incluso hacer chistes sobre su condición visual. Fue un reto para todos y requirió mucha comunicación”, añadió.

El proceso de aprendizaje también fue distinto. Algunos actores pasaron sus diálogos a braille; otros se apoyaron en audios enviados por WhatsApp.

“Les mandaba audios muy detallados, narrando el texto junto con las intenciones”, explica Navarro. Previo al montaje, además, exploraron el espacio a través de texturas y ejercicios sensoriales para construir emociones.

En escena, los actores se reían, se permitían disfrutar, y el público comenzó a acompañarlos. “La gente entendió que era desde el humor y se permitió reírse también”.

Más allá de la función, la obra abrió una conversación incómoda pero necesaria: la verdadera inclusión va más allá del discurso cotidiano y debe reflejarse en la realidad diaria.

“Nos decimos muy inclusivos, pero la verdad es que no lo somos. Ellos no quieren victimizarse, quieren concientizar desde el humor, y esta obra lo logró”, afirma Navarro.

Para la maestra, el teatro se convirtió en una forma de inclusión real. “La inclusión empieza cuando no estigmatizamos, cuando no decimos ‘no va a poder’, sino cuando damos los recursos”, sostiene. En el taller no hubo concesiones por la discapacidad”, mencionó.

El taller de teatro en CIVI continuará, al igual que otros espacios formativos. Ya se prepara una nueva puesta en escena que seguirá explorando, desde el humor, lo que significa vivir en un mundo que aún no está pensado para todos.

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