La disputa se suma a los múltiples frentes financieros que enfrenta el magnate. Por un lado, mantiene un adeudo de 565 millones de dólares con acreedores estadounidenses, mientras que en México el Sistema de Administración Tributaria (SAT) le reclama más de 74 mil millones de pesos (unos 4 mil 31 millones de dólares).
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El conflicto con AT&T
Según Bloomberg, la jueza Andrea Masley, de la Corte Suprema de Nueva York, declaró a Salinas en desacato tras no cumplir con el pago de 20 millones de dólares ordenados a favor de AT&T. La compañía había demandado al empresario por impuestos pendientes relacionados con la compra de Iusacell en 2014.
Ante la amenaza de arresto, Salinas Pliego y sus empresas depositaron una fianza conjunta de 25 millones de dólares antes del plazo de dos semanas establecido por el tribunal.
“El encarcelamiento en Rikers no es un lugar agradable”, advirtió la jueza Masley en junio, en referencia a la posibilidad de prisión si el pago no se cumplía.
Deudas en México y Estados Unidos
Además del litigio con AT&T, inversionistas estadounidenses acusan a TV Azteca —empresa de Grupo Salinas— de incumplir pagos de bonos emitidos en 2017 por 400 millones de dólares, deuda que hoy asciende a 565 millones de dólares.
En México, el SAT mantiene un litigio con el empresario por adeudos fiscales superiores a 74 mil millones de pesos, monto que representa una de las mayores deudas tributarias en la historia reciente del país.
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La posición de Salinas
Salinas Pliego ha negado públicamente deber tanto al SAT como a sus acreedores internacionales, e insiste en que los procesos legales en su contra buscan desprestigiarlo. Hasta ahora, Grupo Salinas no ha emitido comentarios sobre la fianza pagada en Estados Unidos.
Mientras tanto, AT&T prepara su salida del mercado mexicano. La compañía adquirió Iusacell y Nextel en 2014 con una inversión superior a 10 mil millones de dólares, pero no logró competir con Telcel, de Carlos Slim, que concentra más del 60 % del mercado.
La firma estadounidense busca vender su filial en México por más de 2 mil millones de dólares, en lo que sería una de las mayores retiradas de capital extranjero en el sector de telecomunicaciones.