Guanajuato, Gto.- En los días en que las calles del centro de Guanajuato se inundan del olor de las flores de cempasúchil y se ven alfeñiques y altares de muertos, entre los comercios resalta la presencia de un dulce que sin duda guarda algo del alma de la ciudad: la cajeta de camote.
Este manjar, tan sencillo como entrañable, es una tradición que solo pertenece a Guanajuato capital pues es un tesoro que no se encuentra en otros municipios ni mucho menos en otros estados.
Su receta no presume secretos sofisticados. Basta camote, algo de agua o leche, azúcar y la fruta que le dé el alma: guayaba o nuez es lo más tradicional, aunque también se encuentra de fresa, coco, piña, anís o piñón.
Lo que vuelve especial a este producto no es la mezcla, sino la historia que cada familia guarda detrás del cazo. La cajeta de camote no se fabrica en serie: se cocina en casa, siempre de manera artesanal, con paciencia y con cariño, como se heredan los recuerdos.

Desde el centro de Guanajuato, Luz comparte la receta de la tradicional cajeta de camote
Entre los puestos de la Feria del Alfeñique, instalada cada año frente al jardín Reforma, se encuentra Cajetas El Charro, negocio que atiende Luz Daniela Torres Ordaz, la última de tres generaciones que mantiene viva la receta de este manjar.
“Mucha gente la usa para las ofrendas, lo colocan en el altar de Día de muertos, y poco a poco se ha hecho tradición comerla cada año” comenta.
La preparación es simple, pero lenta, el camote se cuece al punto de poder hacerlo papilla, se le agrega entonces la leche o el agua así como la fruta, y comienza el trabajo, hay que menear la mezcla sin cesar durante horas hasta que adquiere la consistencia adecuada.

“En lumbre tiene que durar alrededor de unas 3 horas para que esté bien hecha, y para que no tenga ninguna consecuencia de que se eche a perder la cajeta.
Al momento en que ya comienza a hervir la cajeta, se comienza a poner muy pesada principalmente lo que es de leche…
Nunca tienes que dejar de menear a la cajeta porque empieza a votar y las quemaduras que deja la cajeta son muy graves, porque está muy caliente, mueve y mueve para que pueda estar en su punto” comenta Daniela.

La cajeta de camote: un legado identitario local de temporada
Está cajeta no solo endulza la temporada; es también un reflejo de la profunda importancia que el Día de Muertos tiene para Guanajuato capital, configurando parte de la identidad capitalina desde hace generaciones.
En pocos lugares de México la población se ha dado la tarea de crear un dulce propio para la ocasión, y más aún, este no es el único dulce que hace honor a la muerte, aquí nacieron también las famosas charamuscas, esas figuras de caramelo con forma de momias que se han convertido en símbolo inseparable de la ciudad.
“Es nada más aquí en Guanajuato y se comienza a elaborar a principios de octubre ya después de ahí no la puedes llegar a encontrar y no se encuentra ni en León ni en Irapuato ni en otros municipios.

La tradición es comerla con el pan de muerto que el pan de muerto está hecho a base de anís, se le pone en la parte plana del plan se levanta como una mermelada. Mucha gente también la acostumbra a comer con bolillo o pan tostado” comenta, Daniela.
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