Esto no es un pecado ni eres la primera persona en hacerlo, de hecho, es un hábito enquistado en la sociedad de la inmediatez. Mientras que no se nos ocurriría firmar una hipoteca sin leerla, hacer clic en “aceptar los términos” es casi una forma obligada de supervivencia en Internet: detenerse a leer todos los legales podría llevar una vida.
Como cada clic que damos sin informarnos puede esconder una trampa legal, comercial o incluso financiera, hay que prestar mucha atención. Por eso, te presentamos tres trucos para evitar sorpresas desagradables y proteger tu información, tu dinero y tu tiempo en línea.
Leer atentamente las condiciones de bonos de casinos
Los casinos online se han popularizado en los últimos años en México, especialmente desde el auge del juego móvil. Promociones como “bonos sin depósito”, “apuestas gratis” o “gira y gana” suenan tentadoras.
Sin embargo, muchas veces estas promociones tienen letra pequeña. Ahí es donde entran en juego los sitios comparadores. BonusFinder tiene una lista con las mejores opciones de bonos de casino en webs seguras. Esto no exime a los jugadores de leer los legales, pero al menos les asegura que están entrando a la web de un operador serio.
Vencimientos, requisitos de apuesta y restricciones
Algo que muchas personas pasan por alto es el vencimiento de los bonos de casino. Un código promocional puede parecer un regalo, pero si no lo usas en el plazo estipulado, se pierde. De hecho, algunas de estas promociones duran solamente 24 horas desde su activación.
Otro punto clave son los requisitos de apuesta. Supongamos que recibes un bono de $100 pesos con un requisito de apuesta de 30x. Esto significa que deberás apostar $3.000 pesos antes de poder retirar cualquier ganancia obtenida con ese bono.
Y no menos importante: algunos bonos traen aparejado un límite máximo de retiro, incluso si ganas más. Por ejemplo, podrías ganar $2.000 con una tirada gratis, pero si el límite del bono es de $500, solo eso podrás cobrar.
Suscribirse sólo a newsletters que tengan casilla de aceptación
Las newsletters pueden ser una herramienta útil para recibir descuentos, noticias o contenido de valor de creadores de todo tipo. Pero también pueden ser una vía para que tus datos personales circulen en manos de terceros, sin tu consentimiento.
Por eso, siempre conviene verificar que la newsletter tenga una casilla de aceptación de los términos de tratamiento de datos. En Europa rige el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés) que tiene unos estándares muy estrictos sobre cómo se deben recopilar, almacenar y utilizar los datos personales.
Aunque es una normativa europea, muchas empresas en Latinoamérica (y en México en particular) han comenzado a adoptarlo como modelo de buenas prácticas. Esto implica que la empresa indique claramente qué datos tuyos recopilará y para qué los usara. Además, una vez suscripto deberías poder darte de baja cuando quieras.
Si dice “gratis” pero pide datos bancarios, desconfía
La palabra “gratis” es uno de los anzuelos más potentes usados por los profesionales del marketing digital. Pero como bien sabes, en internet muchas veces lo gratis sale caro. Una táctica muy común de las aplicaciones, por ejemplo, es ofrecer una prueba gratuita del servicio para que lo pruebes.
Muchas veces el uso de la prueba exige introducir tu tarjeta de crédito “para seguir usándolo después”. El problema no es solo que después te cobren sin avisar (aunque en muchos casos lo hacen), sino que ya han capturado tus datos financieros y personales, y no vas a tener un control real sobre lo que harán con ellos.
Un buen truco para detectar este tipo de trampas es leer el texto en letra pequeña que aparece cerca del botón de “probar gratis”. Frases como “al finalizar la prueba, se renovará automáticamente”, “puede cancelar en cualquier momento” o “se aplican cargos si no cancela antes de X días” son grandes banderas rojas a tener en cuenta.
¿Aceptar o no aceptar? He ahí el dilema
Ya para cerrar, la letra pequeña no es solo un obstáculo tedioso para llegar al botón de “aceptar”, clicarlo y seguir adelante con tu vida. Es, muchas veces, la línea que separa una experiencia segura de una situación desfavorable.
Los bonos de casino, las suscripciones de email marketing y las ofertas gratuitas son solo tres ejemplos de cómo andar con prisa puede jugar en contra del usuario. Cada clic deja huella y muchas empresas cuentan con la desinformación para hacer engaños.
Por eso, es fundamental adoptar una actitud crítica y cuidadosa. Leer, comparar, desconfiar y preguntar deberían ser los nuevos reflejos de cualquier internauta. Porque, como bien dice el dicho, “lo barato cuesta caro”… y en internet, lo gratuito también