San Miguel de Allende, Gto.- La Talega es el punto de reunión anual de cientos de familias cuyos algunos de sus integrantes han migrado al país del norte en busca de mejores oportunidades. En esta comunidad, convergen las generaciones durante las fiestas decembrinas y especialmente en el Día de Migrante.

Las amplias calles empedradas y de terracería de la comunidad, que durante casi todo el año lucen desérticas, ahora son el estacionamiento de al menos un centenar de vehículos, en su mayoría grandes camionetas, que lucen impecables para recibir la bendición. Todas ellas tienen placas extranjeras, predominantemente de Texas, California o Illinois.

En punto de las 12:00 del mediodía empezó la misa para conmemorar la fecha, pero también para celebrar el primer aniversario del majestuoso templo, que precisamente fue construido con la aportación de los migrantes de la comunidad.

El atrio del templo se convirtió en un enorme salón de eventos
El atrio del templo se convirtió en un enorme salón de eventos para recibir a unos mil 500 comensales. La comunidad entera y vecinos de otros ‘ranchos’ se reúnen aquí para la celebración. El menú incluye arroz con mole y pollo, frijoles charros, todo cocinado por las mujeres de la comunidad; también hay carnitas que los hombres están preparando en cinco o seis cazos de cobre colocados en la calle principal, casi frente al templo y justo donde, a marchas forzadas, una cuadrilla de trabajadores arman un enorme escenario para el baile de la noche.
Al terminar la misa, el párroco recorre las calles para rociar con agua bendita los ‘camionetones’. Una enorme Hummer amarilla “que parece Transformer” sobresale a un costado del templo. No es la única imponente, también hay de la marca Escalade, Suburban, Tahoe, Jeep, entre otras marcas de alta gama, ya sean de trabajo o no.

Los orgullosos propietarios le dan un último trapazo a la ‘troca’ antes de que le caiga el agua bendita. Ya tienen preparada también la limosna que entregarán al cura por la acción divina sobre sus vehículos. Esperan volver con bien al otro lado y eso no tiene precio.
Las mesas en el atrio ya están ocupadas y el desfile de meseros con los platillos y bebidas, apenas se da abasto. Igualmente las mujeres que sirven, sin descanso, los platos de mole y arroz. “Qué no les falten chiles y salsa“, dice una de ellas. De fondo suena el mariachi ‘Aguascalientes‘ invitado este día para amenizar el banquete.

Las carnitas están listas y los cocineros invitan a degustarlas: “¡Agarren, agarren! Cuerito, maciza, buche, lo que gusten“. Todos alcanzan taco, hasta los de Limpia Municipal y policías que harán guardia durante toda la fiesta y hasta el baile.

Después de la comilona, muchos vuelven a sus casas para tomar un descanso y volver más tarde al baile. Muchos otros ya agarraron calor y con cerveza y tequila esperarán a que salgan a escena Impakto Dominante y Grupo Texano, las agrupaciones musicales encargadas de cerrar la gran celebración migrante.
