León, Gto.- En medio del ruido urbano y las nuevas formas de entretenimiento, en León sobrevive un oficio que remite a otra época. Héctor Gallardo Ramírez es hoy el último organillero de origen leonés, heredero de una tradición familiar que ha sostenido durante más de cuatro décadas.

El sonido de su organillo, instrumento traído a México desde finales del siglo XIX, acompaña su andar por calles y la Plaza Fundadores.

El organillo; el medio de sustento que se convirtió en vocación para Héctor

Don Héctor no llegó a este oficio por elección inicial, sino por necesidad; ya que aún siendo menor de edad, tomó el lugar de su padre tras una emergencia familiar que le impidió continuar trabajando.

“Yo estaba muy joven. No recuerdo bien la edad, pero creo que ni 16 años cumplía. Entonces le dije: no te apures, yo lo cargo, yo me aviento. Y fue de la manera en que yo comencé a tocar y a hacerme maestro”, relató.

Desde entonces, el organillo se convirtió no sólo en su vocación, sino también en su principal medio de sustento. A lo largo de los años, Don Héctor ha enfrentado dificultades propias de un oficio físico y poco reconocido, como las constantes reparaciones del instrumento o las enfermedades que, en ocasiones, le han impedido salir a trabajar.

“Ha habido buenas y malas. Hemos tenido ocasiones en las que se nos descompone el organillo, y se enferma uno, y también son complicados. Pero nosotros intentamos, ahora sí que, ver el vaso lleno”, expresó.

Con 40 años en el oficio, el organillo se ha convertido más que en una forma de sustento, en la vocación de Don Héctor

Como el único organillero de León, Héctor lamenta la desmemoria de su oficio

La figura del organillero forma parte de una tradición que se remonta al periodo de Porfirio Díaz, cuando los primeros organillos llegaron al país. Incluso la vestimenta característica de quienes ejercen este oficio tiene una carga simbólica, pues hace referencia a Los Dorados de Francisco Villa, ya que el sonido del organillo continuó presente durante la Revolución Mexicana.

Pese a su valor histórico, Don Héctor reconoce que hoy el oficio es poco comprendido y escasamente valorado por la población local, especialmente por las nuevas generaciones.

“Es triste, porque el pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla”, lamentó.

Aunque en León aún pueden verse organilleros provenientes de otras entidades como la Ciudad de México o Querétaro, Don Héctor subraya que su familia fue la única originaria del municipio dedicada a esta labor.

“Muchos organilleros vienen de fuera, como de Ciudad de México o Querétaro. Pero, que yo sepa, nuestra familia es la única que tenía organillos (…) A mí me gusta, me encanta ser organillero”, afirmó.

Frente a la modernidad, Don Héctor lamenta el olvido del organillo por las nuevas generaciones

Noticias de León:

Aumentan entre el 7 y 9% las tarifas del Zoológico de León para 2026 en medio de polémicas y suspensiones

¿Castigado? Tras inspección, Profepa suspende eventos en el Zoológico de León

Con gran espectáculo, Festival del Globo lleva esperanza a pacientes pediátricos del IMSS en León