Ciudad de México, México.- Las tensiones entre Venezuela y Estados Unidos aumentaron el pasado viernes cuando el presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusó a la Casa Blanca de intentar un “cambio de régimen” en su país a través de una intervención militar.
Estas declaraciones surgen luego de que Washington planteara el envío de buques de guerra al mar Caribe, cerca de las aguas venezolanas, para combatir el tráfico de drogas.
Maduro denuncia un “Zarpazo Terrorista”

En un acto oficial transmitido obligatoriamente por radio y televisión, Maduro calificó de “inmoral, criminal e ilegal” el planteamiento de EE.UU., al considerar que busca un “cambio de régimen” mediante una acción militar.
El presidente venezolano expresó su rotundo rechazo a cualquier tipo de intervención extranjera en los asuntos internos de su país, destacando que el derecho internacional prohíbe la amenaza del uso de la fuerza contra Estados soberanos.
“Lo que amenazan con intentar hacer contra Venezuela, un cambio de régimen, un zarpazo terrorista, militar, es inmoral, criminal e ilegal”, señaló Maduro ante los legisladores en Caracas.
Agradeció, además, el apoyo de los gobiernos aliados, especialmente los de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), así como el respaldo de potencias como China, Irán y Rusia, que han manifestado su solidaridad frente a lo que consideran una amenaza de agresión externa por parte de EE.UU.

Los movimientos de Estados Unidos en el Caribe
Este cruce de acusaciones se produce luego de que la Casa Blanca anunciara un despliegue militar en el Caribe con el objetivo de frenar el tráfico de drogas que, según las autoridades estadounidenses, proviene en gran parte de Venezuela.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, subrayó que Washington está dispuesto a “usar todo su poder” para frenar el flujo de narcóticos hacia su territorio, incluyendo el envío de buques y soldados a la región.
De acuerdo con informes de la cadena CNN, EE.UU. ha comenzado a desplegar más de 4 mil agentes, principalmente infantes de Marina, en aguas del Caribe y América Latina, como parte de un esfuerzo por desmantelar los carteles de narcotráfico. Además, se ha reforzado la presencia militar con aviones, barcos y lanzamisiles, intensificando la presión sobre el gobierno venezolano.

En respuesta a esta amenaza, Nicolás Maduro ordenó un despliegue de 4.5 millones de milicianos en todo el país, fortaleciendo la presencia de las fuerzas armadas en las regiones más vulnerables.
La convocatoria de un alistamiento de las “fuerzas milicianas” para el fin de semana tiene como objetivo crear una “respuesta contundente” ante lo que el presidente venezolano considera una provocación militar.
La situación ha generado preocupación a nivel internacional. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a Venezuela y a Estados Unidos a resolver sus diferencias “por medios pacíficos”, evitando una escalada militar en la región. Guterres destacó que la diplomacia sigue siendo el camino adecuado para resolver disputas entre países soberanos, especialmente en un contexto tan delicado como el de Suramérica.