Celaya, Guanajuato.- Para Marisol Ojeda no fue fácil integrarse a un colectivo de búsqueda y encontrar allí a las madres de las personas que presuntamente asesinaron y desaparecieron a su hijo, José Adrián Aguilar Ojeda, de 20 años al momento de su desaparición. Entre una mezcla de rabia, enojo, pero sobre todo tristeza, depresión y desolación, entendió que ellas también buscan a sus seres queridos.

Este sábado, en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, acudió a la marcha para conmemorar y recordar a todas las personas desaparecidas. Frente a decenas de buscadoras y buscadores relató que su hijo desapareció el 2 de enero de 2021 en la colonia Don Gu y que ese mismo día las autoridades ministeriales lo encontraron muerto en el camino a Estrada, en Celaya. Sin embargo, el cuerpo del joven fue enviado al Servicio Médico Forense (Semefo) de Irapuato, y luego de ocho largos meses, la Fiscalía le informó que había un cuerpo con las características de José Adrián.

Buscadoras y familiares recorrieron las calles de Celaya para visibilizar desaparecidos. Foto: Luz Zárate

Ella no puede entender cómo es que, si lo encontraron a pocos metros del Semefo de Celaya y el mismo día que fue desaparecido y asesinado, lo mandaron hasta Irapuato y se lo comunicaron ocho meses después.

Marisol recuerda que buscar a su hijo sola fue muy difícil. Hasta que se integró a un colectivo de búsqueda, la Fiscalía le hizo caso. Sin embargo, en este grupo también encontró a las madres de las personas que se lo llevaron y desaparecieron.

“Yo no tengo miedo en hablar y contar mi historia, porque cuando pierdes un hijo ya no tienes miedo a nada, ya lo perdiste todo. Hoy vengo porque quiero decir que, aunque ya hayan encontrado a sus hijos, tengamos el valor de pedir justicia. No podemos dejar que se quede así, porque nos roban demasiado, nos roban la paz, nos roban el miedo. Durante años han querido cerrar la carpeta de investigación, pero no lo he permitido. Hay justicia divina y lo comprobé, porque las personas que apuntaban que habían sido quienes se llevaron a mi hijo, sus mamás también están buscando a sus hijos. Yo no soy quién para impedirles buscar a sus hijos ni recriminarles: ¡fue tu hijo quien asesinó al mío!”, dijo Marisol entre lágrimas.

La comunidad acompañó a Marisol y otros familiares en la marcha por justicia. Foto: Luz Zárate

Ella relató que todos los días que le queden de vida seguirá marchando con las buscadoras, porque encontró a su hijo gracias al apoyo que recibió de sus compañeras.

Marisol pidió a las madres y padres de personas desaparecidas que no se rindan, que no dejen de luchar y exigir justicia, porque en su caso, además del dolor de perder a un hijo, se enfrentó a la violencia y negligencia institucional.

“En Irapuato lo tuvieron durante ocho largos meses; yo lo estuve buscando y no me daban razón. Después únicamente me hablaron y me dijeron que había un familiar que podía coincidir con usted. Después de tenerlo ocho largos meses lejos de la familia, lo fui a encontrar en el Semefo de Irapuato, cuando lo habían encontrado a unos metros del Semefo de Celaya”, relató.

Familias de personas desaparecidas se unieron para exigir atención de autoridades. Foto: Luz Zárate

Y aunque encontró a su hijo en 2021, actualmente sigue apoyando en las marchas porque no ha podido superar “el dolor que le dejó la pérdida de su hijo”.

“Ellos acaban con la vida de una persona, pero no solo con eso, sino con la de toda su familia. Yo veo todos los días más y más personas desaparecidas. Decidí unirme y se lo he dicho a mis hijos: todos los días que me resten de vida voy a marchar con ellos, porque gracias a Proyecto de Búsqueda mi hijo regresó a casa, no como yo hubiera querido, pero lo encontré”, contó.

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