De acuerdo con un comunicado oficial, el titular de la Sader, Julio Berdegué, y la secretaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), Brooke Rollins, supervisaron los progresos de la estrategia binacional enfocada en erradicar al gusano barrenador del ganado (GBG), una plaga que ha impactado el comercio agropecuario entre ambos países.

Más tarde, Rollins sostuvo una reunión en el Palacio Nacional con la presidenta Claudia Sheinbaum, en la que se abordaron temas de cooperación técnica y comercial, así como la coordinación en sanidad animal. Según la Sader, el encuentro fue “respetuoso, cordial y productivo”, destacando como prioridad del Gobierno mexicano la reapertura de la frontera a la exportación de ganado.
Ambas naciones reafirmaron su compromiso con la protección de la salud animal en América del Norte, la facilitación del comercio agropecuario y la integración productiva en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Prioridades y acuerdos a corto plazo

Los titulares de Agricultura acordaron una serie de prioridades inmediatas para avanzar hacia la reanudación de exportaciones ganaderas, entre ellas fortalecer la coordinación en torno al gusano barrenador y otros temas de sanidad animal.
La Sader destacó que el diálogo binacional busca mantener la confianza, la certidumbre y el respeto a las reglas como ejes de una integración agroalimentaria sólida.
“México busca más comercio, más integración y más cooperación, en beneficio de los productores y consumidores”, subrayó Berdegué.
Un impacto económico de más de mil millones de dólares
La frontera ganadera entre ambos países permanece cerrada desde noviembre del año pasado, lo que ha generado pérdidas estimadas en mil 300 millones de dólares, según el Consejo Nacional Agropecuario (CNA).

El cierre ha impedido la exportación de al menos 650 mil cabezas de ganado, afectando especialmente a productores del sureste mexicano, donde se ha detectado la proliferación del gusano barrenador.
México, proveedor clave para Estados Unidos
Durante décadas, México ha sido uno de los principales proveedores de ganado bovino vivo para el mercado estadounidense, con un promedio anual superior al millón de cabezas, lo que representa cerca del 60 % de las importaciones de ganado vivo y alrededor del 3 % del hato nacional en Estados Unidos.
Por ello, la reapertura de la frontera es vista como un paso crucial para recuperar la estabilidad del sector pecuario y fortalecer las cadenas productivas dentro del T-MEC.
El encuentro entre Berdegué y Rollins marca un nuevo impulso en la relación agroalimentaria México-Estados Unidos y refuerza el compromiso de ambos gobiernos para garantizar un comercio seguro, sostenible y libre de plagas.
