Ciudad de México, México.– El conflicto entre Israel e Irán ha entrado en su cuarto día de enfrentamientos militares directos, tras una ofensiva sin precedentes del ejército israelí sobre infraestructuras clave del programa nuclear iraní, lo que ha desatado una cadena de ataques y contraataques que ya deja un saldo humano devastador.

Desde el viernes pasado, los bombardeos israelíes han provocado al menos 224 muertos y más de mil heridos en territorio iraní, de acuerdo con cifras oficiales del Ministerio de Salud de Irán. En respuesta, las fuerzas iraníes han lanzado una serie de operaciones militares y misiles contra objetivos en Israel, causando la muerte de al menos 24 personas, según fuentes del gobierno israelí.
Objetivos estratégicos bajo fuego

La ofensiva israelí comenzó con ataques aéreos dirigidos a la capital iraní, Teherán, y se extendió a ciudades como Mashhad, considerada sagrada en el islam chií, así como a instalaciones militares y el centro de enriquecimiento de uranio en Natanz, uno de los pilares del desarrollo nuclear iraní.
Según analistas, el objetivo declarado de Israel es impedir que Irán alcance la capacidad de desarrollar armas nucleares, una amenaza que ha sido denunciada durante años por Tel Aviv y sus aliados occidentales.
“Este es un paso necesario para preservar la seguridad regional y global”, dijo un portavoz militar israelí, sin ofrecer detalles sobre las operaciones específicas ni confirmar las bajas.
Teherán se paraliza
La respuesta iraní no se hizo esperar. Varios ataques con misiles y drones han alcanzado el centro y norte de Israel, dejando múltiples heridos y provocando el cierre de escuelas y espacios públicos en Jerusalén y Tel Aviv.
Mientras tanto, en Teherán, el Gran Bazar ha cerrado sus puertas y miles de ciudadanos han comenzado a abandonar la ciudad ante el temor de nuevos ataques. Las calles lucen vacías y las autoridades han ordenado medidas de emergencia, incluidas restricciones al transporte y cortes intermitentes en las telecomunicaciones.
Reacción internacional: presión por la diplomacia

La gravedad de la situación ha generado reacciones inmediatas en la comunidad internacional. El presidente estadounidense Donald Trump pidió este lunes a ambas naciones “llegar a un acuerdo lo antes posible” para evitar una escalada mayor en la región.
Por su parte, Turquía y Rusia instaron al cese inmediato de las hostilidades, mientras que diplomáticos europeos plantearon la posibilidad de convocar una sesión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.
El conflicto también ha cobrado protagonismo en la Cumbre del G7, que se celebra esta semana en Alberta, Canadá. Los líderes reunidos en el foro afirmaron que la crisis en Medio Oriente será una de las prioridades de la agenda diplomática, y expresaron su preocupación por el riesgo de una guerra regional de gran escala.
