Salamanca, Gto.- Alma Rocío Cruz Pérez de 23 años, desapareció el 18 de octubre del 2023, en el municipio de Villagrán; desde ese día su familia la está buscando, pese a que han sufrido amenazas y ataques que los han llevado a cambiar de residencia.

Su mamá pide que las autoridades desempolven el expediente y se investigue su desaparición para que regrese a casa, con sus dos hermanos menores y su hija que hoy tiene 6 años.

Rosa María Pérez Linderos, mamá de Alma Rocío, considera que en la búsqueda de su hija ha sido discriminada por tener tatuajes y que nadie ha buscado a su hija por haber tenido una adicción, “pero ella también tiene derecho a ser buscada, a regresar a su casa, con su hija, con sus hermanos; su carpeta de investigación no tiene ni una hoja más”, lamentó.

La integrante del colectivo “Salmantinos Unidos Buscando Desaparecidos”, dijo que quienes se unen a un colectivo, lo hacen con la esperanza de ser escuchados, “pero nos siguen ignorando; si las personas hicieran su trabajo, como debe de ser, ya los hubiéramos encontrado, sin vida o como sea; pero en nada avanzamos. Un carpetazo más, o nos dicen ese era drogadicto, ya sabía lo que le iba a pasar; siempre ha sido así”.

Explicó que integrarse a un colectivo es para no dejar que su familiar desaparecido sea olvidado.

“No pretendemos causar lastima, lo que no queremos es que las autoridades se olviden de que tenemos un familiar desaparecido. Si por ellos fuera, no harían nada, vivimos una situación muy difícil, es muy feo tener un familiar desaparecido”.

La madre buscadora, desea más que nada en la vida que un día su hija regresara a casa, mientras la seguirá buscando hasta donde sea y por donde sea, “como su madre dejé de ser yo; me siento muerta en vida. Voy a trabajar porque tengo necesidad, quisiera tener los medios para no tener que trabajar y dedicarme cien por ciento a la búsqueda de mi hija, pero no se puede. Tengo casa de Infonavit que estoy pagando, otros dos hijos, la nieta y todos comemos”, agregó.

Sus esfuerzos por buscar a su hija la llevaron a indagar por cuenta propia, “por eso me quemaron mi casa, andaba de preguntona y metiche con los chatarreros, con los huachicoleros. Primero me mandaron una nota que ignoré y seguí hasta que me quemaron mi casa, por ello me auto desplacé por temor, ya no vivo en el municipio de Villagrán. Dijeron que había sido una veladora, pero eso no fue porque sí la encendía para que mi hija regresara a casa, pero cada que salía la apagaba”, aseguró.

Hoy por todos los desaparecidos pide que le echen ganas, “hay que seguir levantando la voz para que las autoridades por fin volteen a vernos, que no se les olvide que estamos buscando una parte de nuestra vida, un familiar y que nadie está exento de pasar por esto; así como está la situación, ni buenos, ni malo están a salvo. Aunque no tengamos esperanza de encontrar a nuestros hijos con vida, tenemos que seguir alzando la voz, hasta regresarlos a casa”, dijo a Correo.

Del trabajo de las autoridades acusó que no le dan ninguna información pues su hija estuvo detenida dos meses antes de su desaparición “la detuvieron con droga, ese fue el pretexto que me ponen para no iniciar su búsqueda, me decían que qué me esperaba de una consumidora; eso es algo que siempre va a suceder”.

Acusó toda la discriminación que hubo y sigue habiendo en el caso, que incluso ahora cuando va por el expediente, no le dice nada porque “ni siquiera la están buscando”.

“Siento que por mis tatuajes me han hecho menos; nadie me dice nada, de los amigos que tenía ya desaparecieron también. Las autoridades quieren que yo les dé información, pero yo no sé nada. Siento que no la están buscando, el expediente solo tiene la información que yo les di, les enseñé fotos de las personas con las que andaba para que los mandaran llamar; les di información de la señora que supuestamente era su suegra; ni siquiera a quien era su pareja lo han requerido para ver si sabe algo”, lamentó.