Guanajuato, Guanajuato.- El consumo de suplementos nutricionales es una práctica común. Estos productos están diseñados para aportar vitaminas, minerales, antioxidantes o aminoácidos, ya sea en forma de tabletas, cápsulas, polvo o presentaciones líquidas. Sin embargo, es importante informarse sobre su impacto en el organismo antes de incluirlos en la dieta, pues sus efectos podrían resultar contraproducentes.

Alejandra Ricaud Jiménez, integrante de la Red Médica Universitaria y nutrióloga egresada de la Universidad de Guanajuato (UG), con maestrías en Epidemiología y Administración en Salud (UG) y en Nutrición Clínica (UNIVA), además de un diplomado en Educación Terapéutica en Diabetes, señaló que no todas las personas requieren consumirlos.

“Cuando se tiene una alimentación equilibrada, suele alcanzarse la ingesta diaria recomendada de cada nutriente. No obstante, hay grupos de población que pueden ser vulnerables o propensos a presentar deficiencias, como quienes experimentan un embarazo, adultos mayores y algunos niños y niñas. En esos casos, hay que asegurarse de que las dosis sean seguras; eso lo prescribe un(a) profesional a partir de estudios de laboratorio”, explicó.

 
Alejandra Ricaud Jiménez, integrante de la Red Médica Universitaria y nutrióloga egresada de la Universidad de Guanajuato. Foto: Cortesía

¿Qué efectos tiene el consumo de suplementos sin supervisión médica?

Conforme las personas envejecen, aumenta la susceptibilidad a ciertas enfermedades. “Si tenemos alguna, especialmente del hígado, hay que cuidar mucho el consumo de suplementos, por ejemplo, el magnesio, que es muy popular”, dijo.

Sobre este nutriente, destacó cuatro tipos cuyas dosis recomendadas son fáciles de obtener con los alimentos de consumo regular: el citrato de magnesio, útil para mejorar la motilidad intestinal, pero que en dosis excesivas puede causar diarrea o problemas gastrointestinales; el glicinato de magnesio, más noble con el intestino y utilizado por su función ansiolítica, que genera calma y mejora la calidad del sueño; el treonato de magnesio, empleado para la salud cognitiva, y el óxido de magnesio, recetado para contrarrestar la acidez estomacal.

La vitamina D es otro nutriente muy promocionado, valioso y con déficit común debido a los estilos de trabajo actuales, pero su consumo excesivo podría propiciar la producción de cálculos vasculares. “Realmente es importante que nos hagamos un estudio sanguíneo, es muy sencillo. Los niveles que se manejan son: de 0 a 10, deficiente; de 10 a 30, insuficiente; de 30 a 100, suficiente, y mayores a 100, tóxico. Es también una hormona con muchas funciones, no solo para la regulación del calcio y el fósforo, sino a nivel endocrino e inmunológico”, comentó.

Asimismo, exhortó a tener precaución con los suplementos herbolarios y productos celulares, pues no están regulados en cuanto a las dosis y los efectos que pueden tener en combinación con medicamentos.

“No sabemos si fue el tallo, la hoja o la flor, más aún cuando es a granel. No tienen estudios respecto a la farmacocinética y la farmacodinámica. Lo que no se mide, no se controla. Si no hay suficiente información, aunque le haya funcionado al vecino, al amigo o al primo, es mejor evitar su uso”, advirtió.

Por grupo etario, hay ciertos nutrientes que deben evitarse. Por ejemplo, la creatina y los quemadores de grasa no han demostrado beneficios en la infancia; estos últimos tampoco en la vejez. Se han observado repercusiones en el crecimiento, elevación de los triglicéridos en la sangre y afectaciones en la mineralización ósea. “Hay que tener en cuenta cada una de las enfermedades que padezca el paciente; el riesgo puede ser mayor que el beneficio”, señaló.

 
El consumo de suplementos nutricionales es una práctica común. Foto: Cortesía

¿Es recomendable tomar complejo B, colágeno y Omega 3?

El Complejo B sí es recomendable, pues “es una vitamina hidrosoluble y se elimina a través de la orina; tiene muy pocas probabilidades de ser tóxica y ayuda a retrasar la fatiga. Sin embargo, siempre hay que identificar otros factores de riesgo: las horas de sueño, el manejo del estrés, la variedad en la alimentación y evitar el consumo de alimentos y bebidas azucaradas (panadería y dulcería); no hay que dejarlo solo en la suplementación como solución”.

El consumo de colágeno también se ha popularizado en los últimos años. Esta es una proteína y, en dosis de 8 a 10 gramos, puede ayudar a cubrir lo recomendado, especialmente en pacientes con artritis, personas en recuperación de alguna lesión y mayores de sesenta años.

Sobre el Omega 3, la especialista indicó que contiene ácidos grasos poliinsaturados esenciales para el cuerpo y está presente en productos de origen animal. Es importante consumir 500 miligramos a la semana (lo equivalente a dos porciones de pescado sierra, sardina, salmón o anchoas, entre otros). Sin embargo, debido a cuestiones económicas o a prácticas alimentarias que no lo contemplan, como el veganismo o el vegetarianismo, es recomendable considerar una alternativa suplementaria.

Otro nutriente cuyo déficit es frecuente es el calcio, cuyo consumo podría no representar un riesgo. También hay ciertas especias, como la cúrcuma, con efectos antiinflamatorios y dosis seguras, aunque siempre es importante informarse previamente con un(a) profesional, o con un(a) pediatra en el caso de niños y niñas, aunque sean productos de libre venta.

Recomienda asistir al nutriólogo y hacerse estudios médicos  

Como recomendación, Alejandra Ricaud enfatiza la importancia de asistir con un(a) nutriólogo(a) que pueda brindar la mejor asesoría al identificar la edad, el sexo y el estado fisiológico de los pacientes. También sugiere realizar estudios clínicos anuales para monitorear cambios según el estilo de vida y las actividades cotidianas.

Para quienes no cuentan con servicio de atención médica, la recomendación sigue siendo la misma. No obstante, sugiere consultar páginas web avaladas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) o alguna institución certificada a nivel internacional. Existen asociaciones para la prevención de la diabetes que ofrecen asesorías gratuitas, así como módulos de nutrición en sedes universitarias para la comunidad estudiantil de la UG.

Si se sigue a alguna figura pública o influencer, es fundamental verificar que tenga una licencia médica o en nutrición y no confiar solamente en la mención de alguna cédula, pues de lo contrario la salud podría estar en riesgo.

“Les pido que sean muy disciplinados, que coman equilibradamente, que hagan actividad física, que se hidraten, que procuren cuidar su paz mental y su salud emocional”, finalizó.

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