Guanajuato, Guanajuato.- Como un último viaje, Onírico presentó una obra que representa los últimos momentos de una persona, con una combinación de teatro y danza que hipnotizó a los asistentes.

Con una mezcla de danza contemporánea, la obra Onírico llevó al público del Teatro Cervantes a un recorrido por la memoria de un personaje que evoca a un mago que vive sus últimos instantes de lucidez, mientras alucina en compañía de errantes imaginarios.

Intérpretes de Onírico recrean los últimos momentos de un mago en escena. Foto: Eduardo Chowell

Esta puesta en escena, que implementa con maestría los gestos y el estilo clown, mostró cómo la mima corporal, el teatro físico y el trabajo con objetos, además del uso de sombras, dan forma a una historia poética y simbólica.

El mago blanco, creador de universos fantásticos, se encuentra perdido en alucinaciones erráticas que convierten su realidad en un viaje astral. En ese tránsito, sus errantes cobran vida para acompañarlo y dar sentido a su última velada, donde comparten recuerdos, juegos y una aventura nacida de su imaginación mística.

El Teatro Cervantes se llena de magia y danza durante la presentación de Onírico. Foto: Eduardo Chowell

La pieza aborda temas profundos de la condición humana en la etapa terminal, donde la vida, la memoria y el deseo de trascender por medio del arte se expresan con una gestualidad precisa y un lenguaje simbólico único.

En todo momento, los intérpretes logran crear un ambiente inmersivo en el que lo invisible cobra vida de manera impactante.

La puesta en escena de Onírico hipnotiza al público con gestualidad y simbolismo. Foto: Eduardo Chowell

Así, Onírico ha conquistado escenarios de teatros y festivales en México, América, Asia y Europa. La obra ha ganado en cuatro ediciones el Premio INBA–UAM, uno de los principales reconocimientos a la creación coreográfica en México, y ha sido distinguida por su iluminación, música original e interpretación.