Guanajuato, Guanajuato.- Como un último viaje, Onírico presentó una obra que representa los últimos momentos de una persona, con una combinación de teatro y danza que hipnotizó a los asistentes.
Con una mezcla de danza contemporánea, la obra Onírico llevó al público del Teatro Cervantes a un recorrido por la memoria de un personaje que evoca a un mago que vive sus últimos instantes de lucidez, mientras alucina en compañía de errantes imaginarios.

Esta puesta en escena, que implementa con maestría los gestos y el estilo clown, mostró cómo la mima corporal, el teatro físico y el trabajo con objetos, además del uso de sombras, dan forma a una historia poética y simbólica.
El mago blanco, creador de universos fantásticos, se encuentra perdido en alucinaciones erráticas que convierten su realidad en un viaje astral. En ese tránsito, sus errantes cobran vida para acompañarlo y dar sentido a su última velada, donde comparten recuerdos, juegos y una aventura nacida de su imaginación mística.

La pieza aborda temas profundos de la condición humana en la etapa terminal, donde la vida, la memoria y el deseo de trascender por medio del arte se expresan con una gestualidad precisa y un lenguaje simbólico único.
En todo momento, los intérpretes logran crear un ambiente inmersivo en el que lo invisible cobra vida de manera impactante.

Así, Onírico ha conquistado escenarios de teatros y festivales en México, América, Asia y Europa. La obra ha ganado en cuatro ediciones el Premio INBA–UAM, uno de los principales reconocimientos a la creación coreográfica en México, y ha sido distinguida por su iluminación, música original e interpretación.