Ciudad de México, México.- Un análisis realizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en su Revista del Consumidor de julio de 2025 ha puesto en evidencia irregularidades en 40 marcas de “jamón” comercializadas en supermercados de México.

Estudio de Profeco revela irregularidades en jamones vendidos en México, con marcas que no cumplen normas y engañan a los consumidores con contenido falso (Foto: Twitter)

El estudio revela que varias de estas marcas no cumplen con las normativas establecidas en la Norma Oficial Mexicana (NOM) y, en algunos casos, los productos no son realmente jamón, sino versiones más económicas de estos, a menudo con menos carne y más aditivos.

¿Qué es un “jamón” en México?

De acuerdo con la normativa mexicana, el jamón debe elaborarse a partir de carne de cerdo o pavo, específicamente de la pierna trasera del cerdo o el muslo del pavo, dos carnes aptas para el consumo humano. La clasificación de estos productos depende de factores como el contenido de proteína libre de grasa, la cantidad de grasa añadida y la presencia de fécula, soya o agua.

La clasificación oficial de los jamones en México es la siguiente:

  • Jamón extrafino: Sin fécula, con al menos 18% de proteína libre de grasa.
  • Jamón fino: Sin fécula, con mínimo 16% de proteína libre de grasa.
  • Jamón preferente: Máximo 5% de fécula, mínimo 14% de proteína libre de grasa.
  • Jamón comercial: No más de 10% de fécula, mínimo 12% de proteína libre de grasa.
  • Jamón económico: Máximo 10% de fécula, mínimo 10% de proteína libre de grasa.

Marcas reprobadas en el estudio de Profeco

Estudio de Profeco revela irregularidades en jamones vendidos en México, con marcas que no cumplen normas y engañan a los consumidores con contenido falso (Foto: Twitter)

En el análisis de Profeco se encontraron varias marcas de jamón que no cumplen con lo estipulado por la NOM. De las 40 marcas analizadas, 9 fueron reprobadas por diversas razones, entre ellas el exceso de nitritos, la declaración incorrecta de contenido de proteína o grasa, y el exceso de sodio.

  • El Mexicano: Incumple con el contenido de nitritos permitidos, alcanzando 191 mg/kg cuando el máximo es de 156 mg/kg.
  • Bafar Jamón de Pavo Virginia: Declara un 12% de proteína, pero solo contiene un 11.2%.
  • FUD Jamón de pierna horneado: Declara un 12% de proteína, pero en realidad tiene solo un 11%.
  • Bafar Pavo Jamón Americano: Indica 9% de grasa, pero solo contiene 1.8%.
  • Nutri Deli Jamón de pierna horneado: Declara 780 mg/100 g de sodio, pero contiene 1198 mg/100 g.

Además, se encontraron productos que no se pueden clasificar como jamón, ya que son etiquetados bajo nombres como “embutido cárnico”, “producto cárnico cocido”, o “embutido cocido”, los cuales pueden contener otros ingredientes, como pollo, pastas cárnicas, fécula, almidón, proteína de soya y aditivos. Estos productos están fuera de la normativa y no ofrecen los mismos beneficios nutricionales que el jamón verdadero.

Marcas que no cumplen la normativa

En cuanto a los productos etiquetados como “embutido cárnico”, Profeco identificó 13 marcas que no cumplen con la transparencia necesaria en su etiquetado. Entre ellas se encuentran:

  • Aurrera (Embutido cárnico cocido con pavo)
  • Chimex (Embutido cárnico)
  • Kir Lunch (Embutido)
  • San Antonio (Embutido cárnico a granel)
  • Bafar Clásico (Embutido cárnico)

Estas marcas contienen más o menos sodio o proteína de la que indican en sus etiquetas, lo que ha generado preocupación en la comunidad de consumidores.

Estudio de Profeco revela irregularidades en jamones vendidos en México, con marcas que no cumplen normas y engañan a los consumidores con contenido falso (Foto: Twitter)

Ante estos hallazgos, Profeco brindó una serie de recomendaciones para los consumidores al momento de comprar jamón. Entre ellas destacan:

  • Verificar que sea “jamón real”: Asegúrese de que el producto sea de cerdo o pavo y que no esté etiquetado como embutido cárnico o similar.
  • Leer las etiquetas: Verifique los ingredientes, especialmente los aditivos y el contenido de sodio y grasa. La OMS recomienda no consumir más de 2 gramos de sodio al día.
  • Comprobar la cadena de frío: El jamón debe ser lo último que se meta al carrito de compras y lo primero que se refrigere en casa.
  • Evitar productos con sellos de advertencia: Los productos con varios sellos como “exceso de sodio” o “exceso de grasas” deben consumirse con moderación.
  • Revisar las fechas de caducidad: Asegúrese de que el producto esté dentro de su fecha de consumo preferente para garantizar su frescura y calidad.