La iniciativa surge como parte de una medida de reparación tras el caso de abusos sexuales múltiples ocurridos en 2018 en el Jardín de Niños Marcelino de Champagnat, en la Ciudad de México, donde servidores públicos fueron responsables de agresiones contra menores. Además de sanciones económicas y una disculpa pública, la SEP asumió la obligación de implementar acciones educativas permanentes para la prevención de la violencia contra la niñez.

De acuerdo con datos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, alrededor del 40% de los delitos sexuales identificados en México tienen como víctimas a menores de edad. Sin embargo, la cifra real podría ser aún mayor debido a la escasa denuncia y detección de los casos.
Organismos internacionales como Unicef han señalado que fortalecer las políticas públicas enfocadas en la infancia es esencial para romper con la normalización del abuso y garantizar el derecho de los menores a una vida libre de violencia, tal como lo establece la Constitución mexicana y los tratados internacionales firmados por el país.
¿Qué incluye la jornada de prevención?

El programa oficial, titulado Jornada de concientización sobre la gravedad del abuso sexual y el maltrato infantil, contempla una amplia gama de actividades tanto para estudiantes como para familias y cuidadores:
- Reuniones informativas con madres, padres y tutores para explicar cómo detectar señales de abuso, cómo actuar y cómo proteger a los menores.
- Elaboración del mural colectivo “Manos que cuidan, voces que escuchan”.
- Lectura de cuentos y narraciones con mensajes de prevención.
- Creación de carteles y dibujos bajo el lema “Mi cuerpo, mi derecho”.
- Dramatizaciones escolares y proyección de videos educativos.
- Lectura de historietas y microcuentos sobre prevención.
- Elaboración del “Mapa escolar de ayuda” con información sobre a quién acudir y cómo pedir apoyo.
- Instalación simbólica del “Buzón de las voces valientes” para que los estudiantes expresen preocupaciones o denuncias.
- Presentaciones artísticas, lecturas de manifiestos y expresiones musicales o poéticas realizadas por los propios alumnos.
- Entrega de cartas y dibujos con propuestas de autocuidado elaboradas por los menores.

Expertos en derechos de la infancia sostienen que este tipo de programas escolares empoderan a los menores para identificar conductas abusivas, poner límites y pedir ayuda, además de transmitir un mensaje fundamental: el abuso nunca es culpa de la víctima.
Las dinámicas colectivas también crean entornos escolares más seguros, fomentan la confianza y facilitan la detección temprana de casos, lo que permite brindar apoyo emocional inmediato a quienes lo necesiten.