Guanajuato, Gto.- Miguel Hidalgo y Costilla, es uno de los primeros insurgentes en levantarse en armas contra la injusticia de la Nueva España, y es famoso por dar el Grito patrio en la parroquia de Dolores, sin embargo, el cura Hidalgo, no solo es reconocido por dar el grito de Dolores en la parroquia del mismo nombre, sino por haber dirigido su campaña rebelde por el centro de México, especialmente en Guanajuato, Michoacán y Estado de México, Guadalajara y finalmente Chihuahua.
Debido a su importancia en la historia y los rumores que le rodean, hacen de este personaje uno de los más míticos en la historia de México, quizá no conozcas estos 5 datos sobre el padre de la patria.
5 datos poco conocidos sobre el Padre de la Patria
¿Qué hizo Miguel Hidalgo en Guanajuato?

Miguel Hidalgo nació en la Hacienda de San Diego de Corralejo perteneciente a la alcaldía mayor de León (anteriormente Obispado o Provincia de Michoacán), el 8 de mayo de 1753. Actualmente podemos decir que nació en Pénjamo, Gto.
Estudió en el Colegio de Valladolid, junto a su hermano José Joaquín, en el Colegio de San Nicolás Obispo, ubicado en Valladolid hoy la actual Morelia. Debido a su gran capacidad para estudiar, fue conocido con el sobrenombre de “el zorro”, y llegó a ser rector en aquella institución, en la que en años posteriores conocería a José María Morelos y Pavón, otro alumno del Colegio de San Nicolás Obispo, quién años después se volvería otro de los principales rebeldes de América.
Posteriormente, Miguel Hidalgo fue párroco en el pueblo de Dolores, y era un cura reconocido y querido por la comunidad, por su cercanía con sus fieles.
Cuándo el ambiente de la revuelta empezaba a rumorear en el territorio, Hidalgo participó en la Conspiración de Querétaro, conformada por Josefa Ortiz de Domínguez, su esposo Miguel, Juan Aldama, Ignacio Allende, Jiménez (hermano de Miguel Hidalgo), y Mariano Abasolo.
En dichas reuniones se hablaba de una revuelta popular para manifestarse por los derechos del territorio y sobre sus pobladores, contra el imperio de Napoleón, en ausencia de Fernando VII, quién fuese considerado el legítimo rey de España.
Su predominancia y la razón por la que se le recuerda, fue porque Miguel Hidalgo, fue porque después de que se descubriera la Conspiración de Querétaro, al poco tiempo, el cura de Dolores tomó el estandarte del templo de Atotonilco, y se pronunció en un famoso discurso que hoy conocemos como el Grito de Dolores durante la noche del 15 de septiembre.
Su popularidad como párroco, como ex rector del Colegio de Valladolid inspiró a varios pueblos campesinos y mineros de Guanajuato, a otros insurgentes y religiosos a tomar las armas contra el gobierno peninsular.
Al poco tiempo, se sublevaron en la Villa de Celaya, en Salamanca, Cuitzeo de los Naranjos (Hoy Abasolo, Gto.), Irapuato, y Guanajuato capital, en dónde se desarrolló una de las más sangrientas batallas que definieron la historia nacional, esta es la trascendencia que tiene el cura de Dolores, en Guanajuato.
Miguel Hidalgo jamás dijo ¡Viva México!, ni buscaba la Independencia

La Conspiración de Querétaro, no buscaba originalmente la Independencia de México, se pretendía establecer un gobierno provisional, el reclamo y la destitución y/o desconocimiento del “rey usurpador” José Bonaparte I, quién era hermano de Napoleón Bonaparte.
De la misma manera, se exigía la liberación del príncipe Fernando VII, quién para los insurgentes, era el auténtico y legítimo rey de España y sus reinos. Ciertamente también se buscaba la independencia del gobierno virreinal de los peninsulares, más no de la corona española, es decir, un reino vasallo.
Lo que buscaron los primeros insurgentes, fue un cambio de gobierno en dónde los criollos tuvieran más peso y los mismos derechos que los españoles de la península de España, ya que eran los únicos que tenían derecho a ser dirigentes en el territorio, y a raíz de eso, los criollos, y la mayor parte de los habitantes de América eran considerados ciudadanos de menor categoría para los europeos.
Por otra parte, y en menor medida, también se buscaba un respeto a la castas y la abolición de y la esclavitud, sin embargo, para reclamar todos estos derechos, se necesitó organizar un gran contingente de personas, en conjunto de armas, comida para la campaña, y la conexión de más y más pueblos, para hacer definitiva la revuelta popular y el cambio de gobierno.
Nunca estuvo en la Batalla de la Alhóndiga de Granaditas

Después de haber sublevado a pueblos como el de Celaya en dónde fue declarado Capitán General del Ejército Insurgente, Miguel Hidalgo, se dirigió a Salamanca, Abasolo, Irapuato, Silao, hasta llegar a Guanajuato, en dónde primero se advirtió a la población y al Intendente Riaño, de que el pueblo rebelde iba a toma de la ciudad, y pedía el armisticio y el paso libre de los rebeldes.
Sin embargo, la negativa del Intendente Riaño comandante y gobiernista de la región a quién Hidalgo tenía en gran estima, no quedó de otra, más que tomar por la fuerza la ciudad, por lo que, los realistas y gran parte de los nobles de la ciudad de Guanajuato, se refugiaron en el granero, que en aquella situación funcionaba como la mejor fortaleza, por sus anchos y altos muros impenetrables.
La combinación de la aplastante cantidad de campesinos y enojo de la población contra el gobierno refugiado en una fortaleza infranqueable, hizo lo que ocurre, cuándo una fuerza imparable choca con un objeto inamovible, una paradoja, que no puede ocurrir en la realidad.
La existencia de una imposibilita la de la otra, y así ocurrió con la Batalla de la Alhóndiga, en dónde murieron cientos de personas, y la destrucción total fue la consecuencia, en dónde el odio, el miedo, la angustia, la euforia y finalmente el sentimiento de libertad, se hizo sentir en México.
De acuerdo, al historiador Lucas Alamán, Hidalgo no estuvo en la Batalla de la Alhóndiga de Granaditas, el cura de Dolores estaba en un campamento cerca del pueblo de Valenciana en Guanajuato, dirigiendo sus próximos movimientos y resguardándose, en caso de que el contingente de la Alhóndiga necesitará de su apoyo.
Después de haber terminado la Batalla de la Alhóndiga de Granaditas, el horror de Hidalgo, al contemplar la barbarie de la guerra, le hizo tambalear y preguntarse, si su lucha por la libertad, realmente iba terminar en una masacre.
Tuvo varios intentos de asesinatos y no solo por los realistas, sino por sus propios compañeros insurgentes

Después de los levantamientos en Guanajuato, la Batalla de la Alhóndiga de Granaditas (28 de septiembre), y la Batalla del Monte de las Cruces, el 30 de octubre de 1810, Hidalgo se había arrepentido de la lucha armada.
La angustia del cura de Dolores tenía razones profundas, en primer lugar, el levantamiento popular se había extendido de semanas a meses. Tomar la capital novohispana requería de un esfuerzo sobrehumano, con tropas cansadas y lo más importante, requería de miles de vidas para realizar esta operación.
Un cristiano como Hidalgo, salvaba las almas, no las arrebata a otros, y mucho menos en su nombre, aún por más dispuesto de lo que se sentía, Hidalgo, se sintió arrepentido y casi frenó la Independencia, por lo que después del Monte de las Cruces, decidió retirar sus tropas de México, emprendiendo la retirada.
Esta acción, provocó un enojó y frustración de algunos de sus compañeros, uno de los más evidentes, fue su desacuerdo con el general, Ignacio Allende, quién no compartió la visión del Hidalgo, pues la Ciudad de México estaba muy cerca, y tomar la capital era el objetivo principal de la revuelta, un objetivo que defendía el general Allende.
Aún así, Miguel Hidalgo en noviembre de 1810, decidió dar vuelta atrás al proyecto revolucionario y prefirió esperar un poco más, sublevar más pueblos, para estar más seguro de tomar la capital, pero esta decisión urgió Allende a tomar las medidas más drásticas, para tomar el verdadero rumbo de la revuelta.
Se dice, que durante meses posteriores a este desacuerdo entre Allende e Hidalgo creció la lucha por el liderazgo, y se cuenta, que hubo varios intentos de asesinato por parte de Allende a Hidalgo, el vehículo de dicha acción, sería con veneno.
Esta traición nunca se concretó, porque Hidalgo siempre estuvo muy protegido, y además, era un gran representante de la lucha por la libertad, por lo que, su asesinato por parte de los mismos insurgentes, pudo menguar el ánimo popular entre las filas insurgentes.
El linaje de Miguel Hidalgo y otros rumores

Uno de los datos curiosos en la vida personal de Miguel Hidalgo, es que, a pesar de haber sido una persona muy religiosa y estudiosa, motivo por lo que se hizo cura de la parroquia de Dolores o rector en el Colegio de Valladolid.
Se dice que el cura de Dolores, tuvo al menos 5 hijos, Josefa, Micaela, Agustina, Lino Mariano y María, aunque hay varias hipótesis de la procedencia de estos rumores, y la mayoría apunta a que este linaje es falso, un rumor creado por quienes pedían una pensión.
Hay teorías muy convincentes, que hablan acerca de los amoríos de Miguel Hidalgo con varias mujeres con las cuales procreó 5 descendientes, 4 mujeres y un hombre, sin embargo, estos aparecen en la historia cuándo terminó la persecución, lo cuál terminó pareciendo una falsedad para personas que solo querían un motivo de pensión, aún así la Casa de Hidalgo en el municipio de Dolores Hidalgo, no es una falsedad y se cuenta de este y otros mitos.
Por último, vale mencionar de sus otros rumores del llamado Padre de la Patria también se rumoraba que este era aficionado a las apuestas y al tabaco como a la bebida.
También se cuenta que había fundado varios talleres textiles y ladrilleras, y otros dicen que era aficionado a la pelea de gallos y a las corridas de toros, pero estos, son rumores, que si se comprueban, bueno veríamos otras facetas del padre de la patria.
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