CDMX, México.- Elizabeth Hernández es una pionera en la historia de la natación mexicana. Hace 33 años, en un logro que marcó un hito en el deporte nacional, se convirtió en la primera mujer mexicana en cruzar a nado el Canal de la Mancha, completando el trayecto en 10 horas y 40 minutos. Hoy, con más de cinco décadas de vida, Elizabeth está lista para afrontar un nuevo reto que pocos se atreven siquiera a considerar: competir en la “Winter Swimming World Cup 2025”, una exigente competencia de nado en aguas casi congeladas.
La edición 2025 de esta copa se celebrará del 4 al 10 de agosto frente al majestuoso Glaciar Perito Moreno, en El Calafate, Argentina. Allí, Elizabeth nadará en aguas de entre 3 y 5 grados centígrados, en las pruebas de 50, 100 y 200 metros libres (estilo crawl), así como en 50 y 100 metros pecho. Competirá en la categoría de 55 a 59 años, representando a México como la única mujer de nuestro país en esta edición del certamen, que reúne a nadadores de más de 20 naciones.
Una vida de logros acuáticos
Elizabeth no es ajena a los desafíos extremos. Además del cruce del Canal de la Mancha en 1991, recibió el Premio Nacional del Deporte en 1992, y al año siguiente impuso un récord mundial de nado en alberca, al recorrer casi 84 kilómetros en 24 horas. En 1994, rompió otro récord, al nadar 187 kilómetros durante 23 horas y 10 minutos en el río Paraná, en Argentina.
Elizabeth Hernández se prepara para el frío extremo
Consciente de la dureza del desafío en El Calafate, Elizabeth se ha sometido a un riguroso entrenamiento en la Ciudad de México. Para adaptarse al agua gélida, entrenó en una alberca a temperaturas entre 5 y 7 grados centígrados, nadando por lapsos de hasta 10 minutos y con las piernas amarradas, para simular condiciones extremas y fortalecer su resistencia física y mental.

La historia de Elizabeth Hernández es la de una mujer que no ha dejado de superarse, incluso tres décadas después de haber hecho historia. Su participación en la Winter Swimming World Cup 2025 no solo representa un nuevo reto personal, sino también un símbolo de inspiración para el deporte mexicano.
