Ciudad de México, México.– Mientras en una parte del Vaticano se afinan los detalles de las exequias por la muerte del Papa Francisco, ocurrida este 21 de abril a los 88 años, en otra se mueven con sigilo las piezas del ajedrez político que precede al Cónclave, el evento donde se elegirá a su sucesor.

Este proceso, cargado de simbolismo, tradición y estrategia, podría extenderse por al menos 15 o 20 días, y hasta 30 si no se alcanza consenso.

Con la partida de Jorge Bergoglio, comienza una reconfiguración de fuerzas en la Iglesia católica en uno de los cónclaves más inciertos (Foto: Twitter)

La muerte de Jorge Mario Bergoglio, primer papa latinoamericano, marca el cierre de un pontificado que agitó las aguas del catolicismo global.

Francisco imprimió un giro pastoral, cercano a los marginados, y promovió reformas en una Iglesia históricamente conservadora. Ahora, la Iglesia entra en un nuevo ciclo de deliberación y potencial cambio.

Un cónclave impredecible

Con la partida de Jorge Bergoglio, comienza una reconfiguración de fuerzas en la Iglesia católica en uno de los cónclaves más inciertos (Foto: Twitter)

A diferencia de otros procesos, este Cónclave presenta una característica inusual: su nivel de imprevisibilidad. En 2013, cuando fue elegido Francisco, pocos lo tenían en la lista de favoritos.

Hoy, el escenario es aún más complejo, debido a que el propio Francisco diversificó el Colegio Cardenalicio, nombrando a 108 de los 135 cardenales con derecho a voto, muchos de ellos con perfiles y orígenes muy distintos a los tradicionales.

“La mayoría de estos cardenales están comprometidos con una visión más pastoral y menos dogmática de la Iglesia”, explica el historiador Massimo Faggioli.

Pero también hay señales de fatiga: “Muchos buscan ahora estabilidad tras una década que para algunos ha sido una montaña rusa”, añade.

Tensiones internas y posibles rumbos

El próximo Papa deberá lidiar con una Iglesia dividida en temas como el divorcio, la homosexualidad, el celibato sacerdotal y la ordenación de mujeres.

Con la partida de Jorge Bergoglio, comienza una reconfiguración de fuerzas en la Iglesia católica en uno de los cónclaves más inciertos (Foto: Twitter)

Si bien un pequeño grupo de cardenales sueña con una restauración conservadora, una mayoría moderada podría bloquear a candidatos percibidos como demasiado radicales.

Además del aspecto doctrinal, el nuevo Pontífice deberá enfrentar desafíos administrativos, como el déficit presupuestario crónico del Vaticano y su rol en el escenario global, desde los conflictos bélicos hasta el cambio climático.

¿Quién podría ser el próximo Papa?

Entre los papables destacan varias figuras con distintas fortalezas:

  • Pierbattista Pizzaballa (Italia, 60 años): con experiencia en Medio Oriente, representa una figura internacional y discreta.
  • Pietro Parolin (Italia, 70 años): actual Secretario de Estado, con gran trayectoria diplomática y cercanía a la Curia.
  • Fridolin Ambongo (RD Congo, 65 años): voz relevante del África católica, aunque conservador en temas sensibles.
  • Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años): conocido como el “Francisco asiático”, promotor de una Iglesia inclusiva y cercana a los pobres.
  • Peter Ebere Okpaleke (Nigeria, 62 años): moderado, con visión pastoral y fuerte presencia litúrgica.
  • Matteo Zuppi (Italia, 69 años): progresista y cercano al movimiento Sant’Egidio; representa la continuidad del legado franciscano.
  • Peter Erdö (Hungría, 72 años): ultraconservador, con fuerte formación teológica y peso diplomático.
  • Anders Arborelius (Suecia, 75 años): el primer cardenal sueco, símbolo del catolicismo en minoría y con postura moderada.

La Iglesia en un punto de inflexión

Más allá de nombres, el futuro Papa deberá responder a una pregunta fundamental: ¿continuar con la transformación iniciada por Francisco o iniciar una nueva era de reafirmación doctrinal? Con un Colegio Cardenalicio más diverso que nunca, el Cónclave se perfila como uno de los más abiertos e impredecibles en la historia reciente de la Iglesia católica.