Pénjamo, Guanajuato.- Las redadas para la detención y deportación de inmigrantes es un tema que preocupa a los penjamenses radicados en los Estados Unidos, principalmente porque las familias podrían ser divididas, lo que ocasionaría lo que consideran una crisis humanitaria. Actualmente, están siendo asesorados por abogados en el vecino país del Norte para tratar de protegerse de este tipo de acciones del gobierno federal.

Desde el estado de Illinois, Juan, emigrante originario de la ciudad de Pénjamo y quien radica con toda su familia, incluidos sus hijos nacidos en los Estados Unidos, aseguró que las redadas son una amenaza real para las familias emigrantes que han hecho de los Estados Unidos su segundo hogar y que, a diario, se esfuerzan para sacar adelante a sus familias.

 
 

“Lo de las redadas es un problema real que ya estamos enfrentando. Hemos visto movilizaciones de policías y agentes de inmigración en supermercados, bulevares, e incluso afuera de algunas escuelas, pero sabemos que estas medidas podrían generar además allanamientos en los hogares. Hemos estado recibiendo asesoría de abogados y en todo momento nos dicen que no permitamos el ingreso a nuestras casas”, relató el entrevistado.

Aseguró que estas acciones atentarían contra la unión familiar y representarían un grave problema humanitario al intentar separar a familias enteras.

“Imagínate, estamos hablando de que los padres podrían ser deportados dejando aquí a nuestros hijos. Al gobierno no le interesa quién se podría hacer cargo de ellos, solo están tratando de sacar a todos los inmigrantes, incluidos aquellos que a diario trabajamos por este país”, relató el penjamense.

Hizo un llamado a las organizaciones defensoras de los derechos humanos y a las autoridades mexicanas para que tomen en cuenta la crisis que podría derivarse de las redadas masivas, sobre todo si se extienden a centros de trabajo, escuelas, iglesias y hospitales.

 
 

Además, señaló que esta medida afectará la disponibilidad de mano de obra en los Estados Unidos, pues los latinos realizan trabajos que los ciudadanos estadounidenses no quieren hacer.

“Aquí trabajamos en la obra, en el campo, en las carreteras; si nos reportan, ¿quiénes harán esos trabajos? Creo que es algo que no han considerado. Podría haber afectaciones por esta medida en ambos lados de la frontera”, concluyó.