Durante la más reciente reunión del Cabildo de Laredo, el alcalde Víctor D. Treviño informó que esta fue la primera notificación formal que la ciudad recibe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), confirmando la intención federal de avanzar con el plan de un muro continuo desde el Golfo de México hasta California.

“Aunque las aprehensiones están en niveles bajos, continúan los incidentes relacionados con drones, evasiones y persecuciones. Hoy Laredo recibió notificación oficial del plan para construir un muro fronterizo que incluye nuestra área”, explicó Treviño.
El alcalde subrayó que el anuncio marca un cambio en la relación con las autoridades federales, con quienes la ciudad mantiene reuniones regulares para analizar temas de seguridad y movimientos transfronterizos.
De acuerdo con el informe presentado ante el Cabildo, contratistas del DHS ya han mostrado los diseños preliminares, las fases tentativas de construcción y la tecnología de vigilancia digital que acompañará la obra. El plan se desarrollará en cuatro etapas, cuya ejecución comenzaría a inicios de 2026.

Pese al anuncio, Treviño enfatizó que Laredo sigue siendo una de las ciudades más seguras de Texas y de Estados Unidos, incluso sin la existencia de una barrera física.
“Nuestra ciudad ha mantenido índices de seguridad ejemplares sin necesidad de un muro. Esta decisión responde más a promesas de campaña que a una necesidad local”, señaló el edil.
Tras la sesión, el Cabildo de Laredo votó a favor de respaldar los esfuerzos por fortalecer la seguridad fronteriza, pero manifestó su rechazo a la construcción del muro dentro de zonas residenciales o urbanas. También se aprobó la realización de una consulta pública para conocer la opinión de los ciudadanos.
En entrevista posterior, Treviño reconoció que el proyecto avanza de manera irreversible debido al “dominio eminente”, principio legal que permite al gobierno federal utilizar terrenos privados para obras de interés nacional a cambio de una compensación económica.
Mientras tanto, el gobierno local planea abrir espacios de diálogo con residentes, ambientalistas, comerciantes y organizaciones comunitarias para analizar los impactos que esta infraestructura podría tener en el comercio, la ecología, la movilidad y la vida cultural a lo largo del Río Bravo.

El caso de Laredo se suma al de otras comunidades fronterizas como Brownsville y McAllen, donde también se han iniciado revisiones sobre los nuevos tramos del muro. Las tensiones entre autoridades locales y federales vuelven a colocar al tema migratorio en el centro del debate político rumbo a las elecciones presidenciales de 2026.
