De acuerdo con los documentos obtenidos por el diario, algunas de estas medidas ya están en marcha y “transformarían un programa de décadas de antigüedad destinado a ayudar a las personas más desesperadas del mundo en uno alineado con la visión de migración de Trump: beneficiar principalmente a personas blancas que dicen ser perseguidas”.

Los planes fueron elaborados entre abril y julio por funcionarios de los Departamentos de Estado y de Seguridad Nacional, tras la orden del entonces mandatario de evaluar si el programa de reasentamiento de refugiados aportaba beneficios a Estados Unidos. Trump había suspendido la admisión de refugiados desde su primer día en el cargo y pidió alternativas para rediseñar o eliminar el sistema.
Según las fuentes consultadas por el Times, la Casa Blanca no ha descartado ninguna de las propuestas, aunque no existe un plazo definido para su aprobación.
Preferencia a europeos y “asimilación cultural”
Las reformas planteadas pondrían énfasis en la capacidad de los solicitantes para “asimilarse” a la sociedad estadounidense, exigiéndoles asistir a cursos sobre historia, valores y normas culturales del país.
Asimismo, se sugiere otorgar prioridad a los europeos que hayan sido sancionados por expresar opiniones contrarias a la migración masiva o por apoyar partidos populistas, lo que alude a grupos como Alternativa para Alemania (AfD), un partido de extrema derecha con antecedentes de discursos xenófobos y revisionistas del Holocausto.
Un funcionario anónimo dijo al diario que la Administración monitorea la situación en Europa para determinar si ciertos ciudadanos podrían calificar como refugiados bajo este nuevo criterio.

Trump ya había aplicado parcialmente estas ideas, reduciendo la cuota anual de admisión de refugiados y otorgando trato preferencial a los afrikáners, la minoría blanca sudafricana que gobernó durante el apartheid.
Purga de funcionarios afroamericanos
El reportaje también recuerda que la nueva Administración Trump ha sido señalada por eliminar programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y por una drástica disminución de funcionarios afroamericanos en puestos de alto nivel.
En sus primeros 200 días de gobierno, solo dos de los 98 nombramientos en los principales departamentos federales correspondieron a personas negras, según datos citados por The New York Times y el Brookings Institution.

El analista Dedrick Asante-Muhammad, del Centro Conjunto de Estudios Políticos y Económicos, advirtió que esta falta de representación puede derivar en “cambios políticos radicales y perjudiciales para la comunidad afroamericana”.
Uno de los casos más recientes fue el despido del general Charles Q. Brown Jr., quien se desempeñaba como segundo jefe del Estado Mayor Conjunto. Brown, el oficial militar negro de más alto rango en el país, fue reemplazado por un general blanco tras las críticas del Secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien cuestionó su promoción por motivos raciales.