Ciudad de México, México.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles una orden ejecutiva que impone un arancel adicional del 40% a las importaciones procedentes de Brasil, elevando el total al 50%.
La medida, según la Casa Blanca, responde a “las recientes políticas, prácticas y acciones” del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a las que calificó como una “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional, la economía y la política exterior de Estados Unidos.

La decisión fue respaldada bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés) de 1977, con la que Trump declaró una nueva emergencia nacional para justificar la implementación de la tarifa. De acuerdo con un comunicado oficial, la administración estadounidense considera que Brasil ha incurrido en una serie de abusos graves a los derechos humanos, específicamente en contra del expresidente Jair Bolsonaro y miles de sus seguidores.
“La persecución, la intimidación, el acoso, la censura y el procesamiento por motivos políticos por parte del Gobierno de Brasil (…) han socavado el Estado de Derecho”, indicó la Casa Blanca en el anuncio.
Defensa de empresas y libertad de expresión

La administración Trump argumenta que las políticas brasileñas han afectado directamente los intereses económicos de compañías estadounidenses, además de vulnerar los derechos de libertad de expresión. En ese sentido, el nuevo arancel se plantea como una respuesta para “proteger a las empresas estadounidenses de la censura y la coerción ilegales”.
“El Presidente Trump ha reafirmado constantemente su compromiso de defender la seguridad nacional y responsabilizar a los violadores de derechos humanos por su comportamiento ilegal”, agregó el comunicado.
Lula responde: “No exigimos sumisión”
Por su parte, el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva reaccionó con firmeza a las medidas estadounidenses. En una entrevista con The New York Times, retomada hoy por medios locales, afirmó que su gobierno esperaba ser tratado con respeto y no se intimidaría ante la presión de Washington.

“Estamos tratando esto con la máxima seriedad. Pero seriedad no exige sumisión”, declaró Lula, quien ha sido crítico con la línea ideológica de Trump desde su regreso al poder.