Salamanca, Gto.- Tras 65 años de servicio docente, el profesor Osvaldo Flores Hernández, supervisor de la Zona Escolar 123, se jubiló dejando una profunda huella en la educación y en generaciones de niñas y niños guanajuatenses.

Un educador ejemplar que, con vocación, entrega y amor por la enseñanza, contribuyó a la formación de estudiantes en los estados de Oaxaca, Michoacán y Guanajuato.

Originario de Teziutlán de Segura y Luna, Oaxaca, el maestro Osvaldo inició su servicio docente el 1 de abril de 1960, y desde entonces se distinguió por su compromiso, ética y dedicación, especialmente en comunidades rurales, donde su labor se convirtió en motor de transformación social.

Durante el emotivo acto de despedida, realizado por el Sector 19 de Primarias de Salamanca, el delegado regional de Educación, Juan Luis Saldaña López, expresó su reconocimiento y admiración:

“Quiero brindarte mi más grande admiración y respeto. Deseo de corazón que esta nueva etapa la vivas con felicidad, porque de eso trata la vida. Gracias por tu ejemplo, por tu entrega y por dejar huella en el corazón de tus compañeros, tus alumnos y tu comunidad educativa”.

También la jefa del Sector 19, Rosalinda Almanza Puente, le dedicó un mensaje lleno de afecto:

El supervisor de la Zona Escolar 123 en Salamanca se despidió entre reconocimientos por una vida dedicada a la enseñanza.

“Llegó el momento no tan deseado, pero necesario. Le deseo que en esta nueva etapa siga disfrutando la vida con salud y rodeado de su familia. Su ejemplo queda en nosotros, en cada maestro que usted inspiró”.

A nombre de las y los docentes que el maestro Osvaldo formó, su asesor técnico pedagógico, Jesús Gustavo Rodríguez Acosta, le expresó palabras de gratitud y reconocimiento:

“Usted me ayudó a fortalecer mi trabajo como docente, porque me enseñó que educar se hace con paciencia, respeto y amor. Su trato humano nos marcó para siempre. Gracias, maestro, por todo lo que nos dio”.

Visiblemente emocionado, el maestro Osvaldo Flores compartió un mensaje de despedida lleno de gratitud y orgullo por su trayectoria:

Originario de Teziutlán de Segura y Luna, Oaxaca, el maestro Osvaldo inició su servicio docente el 1 de abril de 1960, y desde entonces se distinguió por su compromiso, ética y dedicación.

“Me propuse una meta: no ser un maestro turista, sino dejar huella en cada comunidad donde trabajara. Hoy me retiro con el corazón lleno y agradecido. Nunca olvidaré a mis compañeros del Sector 19. Ahora mi familia me dice: ‘por fin vas a estar con nosotros’, y eso también es motivo de alegría”.

Durante su carrera, fundó la secundaria particular Hermanos Flores Magón en su tierra natal y más tarde se integró al sistema educativo de Guanajuato, donde ejerció como supervisor escolar de la Zona 123 en Salamanca durante más de tres décadas.

Su formación incluye estudios en la Normal Superior de Puebla, en la especialidad de Geografía, y en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio.

Casado con la también maestra Emilia Mundo Salinas, formó una familia dedicada al servicio educativo, con seis hijos, once nietos y dos bisnietos, quienes hoy celebran junto a él el cierre de una etapa ejemplar.

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