Ciudad de México, México.- Una nueva prueba del ambicioso programa espacial de SpaceX terminó en desastre anoche, cuando el cohete Starship, desarrollado por la empresa del magnate Elon Musk, explotó durante una prueba de ignición estática de su propulsor Super Heavy, en las instalaciones de Starbase, ubicadas en Bocachica, Texas.

La potente explosión, ocurrida poco antes de la medianoche, fue lo suficientemente intensa como para teñir de rojo el cielo nocturno sobre diversas ciudades del Valle de Texas, incluyendo Brownsville, Isla del Padre, Puerto Isabel, San Benito y Harlingen. También se reportaron destellos visibles y un fuerte estruendo en Matamoros, del lado mexicano de la frontera.
Aunque hasta el momento SpaceX no ha ofrecido una explicación oficial sobre las causas de la explosión, se sabe que la nave se preparaba para su décimo lanzamiento de prueba, programado para la próxima semana. La compañía ha mantenido en reserva los detalles del incidente, limitándose a confirmar que no hubo personas lesionadas.
Este accidente se suma a una serie de fallos recientes en el programa Starship: las últimas tres pruebas han concluido con la explosión en el aire del vehículo, un cohete clave en los planes de SpaceX para realizar misiones lunares, viajes interplanetarios y transporte orbital de carga pesada.

El incidente vuelve a poner bajo escrutinio la seguridad del sistema Starship, diseñado como el vehículo de lanzamiento más poderoso jamás construido, y que ha sido promocionado por Elon Musk como esencial para la colonización de Marte. Sin embargo, los repetidos fallos alimentan las dudas sobre su viabilidad operativa en el corto plazo.

Residentes de las zonas afectadas compartieron imágenes del cielo iluminado en redes sociales, mientras autoridades locales descartaron riesgos inmediatos para la población. No obstante, la explosión volvió a despertar preocupación entre ambientalistas y comunidades vecinas por los posibles efectos del programa espacial en la región.
