León, Guanajuato .- Durante más de tres décadas, Katy, una orangután de Borneo (Pongo pygmaeus), llenó de asombro, ternura y admiración a miles de visitantes. Hoy, el Zoológico de León informa el fallecimiento de quien fuera un símbolo de fortaleza, nobleza y emblema incansable del respeto hacia la vida silvestre.
En sus últimos años presentó complicaciones propias de su edad avanzada, además de una enfermedad cardíaca preexistente que, pese a la atención médica especializada y al monitoreo permanente, deterioraron de manera irreversible su salud. Katy falleció el 12 de noviembre, a los 43 años, dejando un profundo sentimiento de pérdida entre quienes la cuidaron y admiraron.

Proveniente del Parque Zoológico de Minnesota, Katy llegó al Zoológico de León en 1994 y, durante 31 años, construyó un vínculo especial con visitantes, cuidadores y especialistas. Su partida marca el final de una historia extraordinaria; sin embargo, su legado perdurará para siempre en la memoria del parque y en el corazón de las familias.
Una vida ejemplar y extraordinariamente longeva
Gracias al especial cuidado, manejo ético y al programa de bienestar animal implementado por nuestro equipo veterinario y de cuidadores, Katy superó ampliamente la expectativa de vida promedio de los orangutanes, tanto en vida silvestre como bajo cuidado humano.
Esto es sin duda un testimonio directo del compromiso del Zoológico de León con la dedicación en el cuidado y la calidad de vida que se brinda a cada uno de nuestros ejemplares.

Cuidados finales y manejo profesional
Durante sus últimos años, Katy recibió una atención geriátrica especializada para garantizar su confort, dignidad y bienestar en todo momento. Su proceso de atención final se llevó a cabo bajo la supervisión de cuidadores de bienestar animal y del equipo de Profesionales Veterinarios, quienes la acompañaron con dedicación hasta sus últimos instantes.
El legado de Katy
Katy no solo fue un miembro fundamental de la familia ZooLeón, fue una maestra silenciosa que inspiró a miles de niñas, niños y adultos a valorar la vida y comprender la importancia de conservar a los orangutanes.
Su legado perdurará en cada persona que alguna vez estuvo frente a su hogar para admirar su mirada profunda.
