El impuesto de 1.0 por ciento al envío de remesas que aplicará Estados Unidos a partir del próximo año le podría dejar una recaudación de entre 250 y 294 millones de dólares solo al considerar las remitidas a México, estimó el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA).
En un análisis elaborado por Jesús Cervantes, director de estadísticas económicas y coordinador del Foro de Remesas de América Latina y el Caribe del CEMLA, así como otros colaboradores, se señaló que los montos absolutos de impuesto más elevados serían en las enviadas a México, Guatemala y Jamaica.
“La estimación del monto total del impuesto que pagaría el conjunto de los 9 grupos migratorios (México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana, Jamaica y Colombia) resulta de entre 625 y 702 millones de dólares”, expuso el documento.
¿Cuánta recaudación dejarían las remesas de Centroamérica y Caribe?
A detalle, Guatemala dejaría una recaudación de 164 a 172 millones de dólares; Honduras de 54 a 61 millones de dólares; El Salvador de 47 a 51 millones de dólares; Nicaragua de 26 a 29 millones de dólares; Costa Rica de tres millones de dólares; y Jamaica de 105 a 118 millones de dólares.
Asimismo, las remesas hacia República Dominicana dejarían de entre 49 y 53 millones de dólares y Colombia de entre 22 y 27 millones de dólares, según las proyecciones hechas por los analistas del CEMLA.
No obstante, al comparar la recaudación potencial del impuesto con relación a la masa salarial obtenida en Estados Unidos por los nueve grupos migratorios en conjunto, de 642 mil millones de dólares, representaría el 0.10 por ciento al 0.11 por ciento de ese agregado.
Lo que representan las remesas a México
En el caso de México apenas es de 0.07 por ciento a 0.08 por ciento, dado que la masa salarial anual del grupo migratorio en 2024 fue de 373 mil 726 millones de dólares. “Los resultados de esta medición sugieren que la aplicación del impuesto no afectará los montos de remesas enviadas a esos países”, sostuvo.
El CEMLA remarcó que el impuesto se determina por cómo se paga en Estados Unidos la remesa enviada a los países referidos, sea en efectivo, tarjeta de débito o crédito, cuenta de cheques y no por el medio de envío.
Por otro lado, para la determinación de a qué remesas se aplica el referido impuesto no es relevante cómo se pagan tales transferencias a los receptores en los países de la región, es decir, no desempeña un papel con relación al impuesto si son pagadas en efectivo o en depósito en cuenta, dijo.
La propuesta de aplicar un impuesto a los envíos de remesas desde Estados Unidos contenida en la ‘One Big Beautiful Bill Act’ atravesó por varias etapas antes de ser aprobada, ya que originalmente se esperaba que el gravamen fuera de 5.0 por ciento.